Como ocurriera con la psicología, la neuropsicología tiene su
origen en los trabajos médicos de los siglos XIX y XX. En este
sentido, y hacia mediados del siglo XIX, Paul Pierre Broca describe
por vez primera el primer centro del lenguaje, al que hoy
conocemos como ‘área de Broca’, que, como se sabe, se encuentra
ubicada en la tercera circunvolución frontal del hemisferio
dominante. Este descubrimiento fue vital para establecer una
clasificación del síndrome neuropsicológico por excelencia: la
afasia. Unos años más tarde, a principios del siglo XX, el psicólogo
ruso A.R Luria perfeccionó diversas técnicas para estudiar el
comportamiento de las personas que padecieran algún tipo de lesión
en el sistema nervioso central; completó una batería de
pruebas psicológicas diseñadas para establecer las afecciones en
los procesos psicológicos: atención, memoria, lenguaje, funciones
ejecutivas, praxias, gnosias, cálculo, etc. Cuando aún no
existían los métodos para el diagnóstico mediante la imagen, la
aplicación de esta extensa batería podía ofertar al neurólogo los
datos suficientes para que fuese capaz de localizar el lugar y la
extensión de la zona lesional, así como ofrecer al psicólogo un
resumen detallado de todas las dificultades, especialmente cognitivas,
del sujeto afecto de una lesión neurológica [1,2].
Posteriormente, y gracias en parte a la experimentación animal,
comenzaron a observarse los cambios del comportamiento
que se producían cuando se lesionaban las distintas áreas de su
cerebro. Desgraciadamente, estos trabajos se completaron en la
especie humana a través de las distintas guerras del siglo pasado,
que proporcionaron a la medicina y a la psicología oportunidades
trágicas, pero muy importantes, para estudiar la función
cerebral en el ser humano. La observación y la medición del
comportamiento de los pacientes con diversos traumatismos
craneales sufridos durante los combates permitieron determinar
las áreas del cerebro que se ocupaban de las diversas manifestaciones
conductuales [3].
Así pues, nace una rama nueva del conocimiento científico y
de la semiología clínica denominada ‘neuropsicología’, que procede
de la neurología clásica y se ha desarrollado con el aporte
de las neurociencias y de la psicología contemporánea. Su objetivo
esencial es estudiar las relaciones existentes entre la actividad
cerebral y las funciones psicológicas superiores (gnosias,
praxias, lenguaje, memoria, etc.)


mas información: https://pdfs.semanticscholar.org/ea92/b806832a9b30a1021c81e327ff166aeb0d59.pdf
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